“No logro tener orgasmos”

Por Manuel Fló

El paso inicial es entender que el orgasmo femenino no es indispensable. Es placentero y es deseado, claro que sí, pero para el acto de reproducción no es necesario, cuando sí lo es para el hombre. La comparación es inevitable: “¿Por qué mi marido siempre siente placer y yo no?”. La naturaleza nos ha hecho diferentes, y según algunas teorías bastante simplistas dotó a los hombres de instinto sexual y capacidad para el placer sexual para garantizar la reproducción humana. Pero, ¿por qué no a las mujeres?

Ni siquiera los especialistas se ponen de acuerdo en este tema. Dado que sólo el orgasmo masculino es indispensable durante el coito para la reproducción, y el mismo acto sexual estimula y facilita este orgasmo, Shere Hite, profesora de Sexología Clínica de la Univesidad Maimónides de Estados Unidos, se cuestiona la función del orgasmo femenino.

Al parecer el orgasmo de la mujer podría ayudar a succionar el esperma hacia el interior del útero, aunque otros investigadores piensan que las contracciones del útero que se producen durante el orgasmo femenino provocan una acción expelente. Otra posibilidad sería que estas contracciones orgásmicas femeninas aseguraran la sensación de placer, estrechando el pene y tirándolo hacia abajo de forma rítmica para proporcionar el orgasmo masculino y la eyaculación.

Otras teorías apuntan a que el objetivo del orgasmo femenino sea la excitación y la receptividad ante el acto sexual. De hecho, la estimulación constante suele conducir al orgasmo, y para algunas mujeres éste significa volver a excitarse.

También se valora que para la mujer el orgasmo sea sólo un mecanismo de descarga, un tubo de escape para aliviar tensiones como también lo puede ser el llorar o el reír. O, simplemente, una vía de placer.

Sea como sea, lo que está claro es que la mujer no tiene por qué tener orgasmos durante el coito. Entender este punto es básico. En nuestra consulta en Barcelona, el sexólogo insiste en que hay que evitar obsesionarse con el orgasmo. Aceptar que no es necesario es dar un paso adelante hacia el verdadero placer durante el acto sexual.