“Sufro eyaculación precoz”

Por Manuel Fló

Según las estadísticas, el 85% de las parejas que consultan con un sexólogo consigue resolver satisfactoriamente el problema por el que acudió al especialista. Una de las afecciones más comunes es la eyaculación precoz, que el hombre vive con angustia y vergüenza.

Los estudios dicen que el 20% de los hombres sufre eyaculación precoz. Es un problema que puede estar relacionado con la edad: los chicos jóvenes, por la impaciencia y la excesiva excitación de las primeras relaciones sexuales, y los hombres de edad avanzada, por problemas de control de los músculos.

La eyaculación precoz es la imposibilidad de controlar el reflejo eyaculatorio. Los hombres que lo sufren pueden tardar menos de un minuto en eyacular durante la penetración.

Se podría pensar que es sólo la mujer quien sufre las consecuencias de la eyaculación precoz, por la desilusión ante el hecho de que él ya haya terminado. Pero él también lo pasa mal: no poder disfrutar del momento más tiempo, y no poder hacer disfrutar más a su pareja, le provocan frustración, y también vergüenza, ansiedad, inseguridad y falta de autoestima. Y a los hombres sin pareja les provoca aislamiento, porque evitan afrontar la situación del acto sexual, por la vergüenza que podrán pasar si la relación no es satisfactoria.

El problema reside en que el hombre no logra prever cuándo va a eyacular, porque de alguna forma pierde la percepción sobre el orgasmo, por lo que no puede aplicar técnicas para aplazar la eyaculación. Algunos trucos podrían ser distraerse pensando en otras cosas, variar el ritmo o la posición del acto sexual o contraer los músculos del periné. Pero al final son parches que no resuelven definitivamente el problema.

Esta disfunción sexual puede solucionarse. El primer paso es superar la vergüenza y consultar con un sexólogo. En Psico-Impronta somos especialistas en el tratamiento de disfunciones sexuales como la eyaculación precoz, y ofrecemos técnicas para prever el orgasmo y controlar el reflejo eyaculatorio.

Ante todo, el problema deberá tratarse desde una perspectiva abierta, para tomar consciencia del cuerpo, y para evitar que esta disfunción afecte a la relación de pareja. Nuestro sexólogo en Barcelona puede ayudarte.