“No quiero ser Doña Perfecta”
Por Manuel Fló
Natalia, 23 años. Estudiante de arquitectura y violín.
La pequeña de tres hermanos, Natalia es una mujer inteligente, muy exigente consigo misma y con unos niveles de autocrítica excesivos.
Acude a la consulta porque últimamente se está provocando vómitos
después de los atracones de comida a los que se somete (puede comerse
paquetes de galletas, chocolate, pasta cocida, yogures, pan,… sin orden
ni concierto). Son pocas las veces que lo acaba realizando pero el
pensamiento es cada vez más frecuente. Ello le provoca respuestas
de ansiedad que son desencadenantes de más de estos círculos dañinos.
Descubrimos un entorno exigente y poco motivador, en el que priman
cuestiones de competitividad más que de autosuperación, y cuando ésta se
produce no existe el reconocimiento.
Natalia no se gusta físicamente, se critica lo que no hay y se somete a
draconianos regimenes y dietas combinadas con horas de gimnasio.
En las sesiones trabajamos desde lo cognitivo elaborando pensamientos más objetivos, justos y racionales, eliminando las perspectivas de autoimperativos. Se desarrollan herramientas asertivas y se le dota de instrumentos para la resolución de problemas.
En pocos días remiten los pensamientos sobre vómitos, los atracones y la
relación con sus padres y hermanos cambia de registro. Incluso su
relación con los hombres se plantea de otra manera, sin la necesidad de
gustar siempre y a todos.
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