Sapiosexual
Por Miren Larrazabal
El término no ha sido reconocido aún por la
Real Academia. Sin embargo, no solo está extendido, sino que,
probablemente, haya existido siempre.
Si pensábamos que los hombres y mujeres solo miraban el físico,
estábamos equivocados. Y es que aquello de que «lo que importa es el
interior», que sonaba a falso consuelo, es una realidad.
«Sapiosexual» (del latín: «sapiens», «sabio») alude a aquellas
personas, tanto hombres como mujeres, que sienten atracción sexual por
la inteligencia del otro.
«Se trata de gente que no se guía por cuestiones físicas o de otra
índole, valora en la elección la inteligencia y siente por ello
excitación sexual. Pese a ello, no tiene que ser necesariamente para
tener relaciones sexuales casuales, sino que se orienta más a una
elección a largo plazo», explica Miren Larrazabal, psicóloga clínica y
sexóloga y presidenta de la Federación Española de Sociedades de
Sexología (FESS)
Más mujeres sapiosexuales
La sexóloga explica que el término se aplica tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, «parece que hay más frecuencia en las mujeres por una diferencia de género. Parece que nosotras, cuando nos preguntan cuáles son los valores que buscamos en la atracción, aparte del físico, valoramos mucho la inteligencia. Esto no quiere decir que los hombres la valoren menos, pero responden antes con otras variables que parecen prioritarias».
A juicio de la sexóloga, el hecho de optar por un hombre inteligente
no se hace precisamente para tener una mejor conversación o descubrir
aspectos nuevos de la vida más alejados de la rutina y la previsión,
sino que «una mujer presupone que un hombre inteligente va a tener más
recursos económicos, o puede tener mejor carrera profesional. Se trata
de un motivo a la hora de elegir que es psicológico y que responde a la
búsqueda de una adaptación y de recursos», explica.
Estabilidad de la proleEsta atracción que responde a factores
psicológicos se corresponde con otros que responden más a la variable
biológica o evolutiva: «Se trata de variables que hemos heredado, donde
buscamos determinados factores: un hombre fuerte, seguro, confiado, que
de alguna manera nos asegure la estabilidad de la prole. Los hombres, en
ese misma cuestión biológica, buscan que las mujeres sean buenas a la
hora de procrear: es decir, simetría de caderas, proporción, etc»,
concluye.
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