¿Cómo puedes vestir así por la calle?
Por Manuel Fló
En Psico-Impronta me enorgullezco de ser uno de los primeros psicólogos especializados en sexología que ha trabajado en Barcelona. Por eso de las etiquetas, quizá debería ser más comprensivo con las nuevas modas y con las nuevas generaciones, pero no, en este caso reivindico estar chapado a la antigua: quiero expresar mi repulsa por esos shorts tan cortos que parecen bragas más que pantalones. No se trata de moda, no se trata de la libertad de las jóvenes que deciden enfundarse en semejante prenda. Se trata de valores.
La mujer ha pasado por un largo y tortuoso camino en la conquista de su libertad, personal y laboral. Aunque lo cierto es que algunas campañas publicitarias parecen haberlo olvidado, atrás han quedado la mujer florero, la mujer objeto, la tonta rubia y otros conceptos denigrantes. Por eso la cosificación del culo femenino que se produce cuando una chica se pasea por la calle con ese tipo de pantalón corto es un tema que debería hacer reflexionar, sino a estas nuevas generaciones, sí al menos a sus padres.
Evidentemente, el comportamiento grupal ejerce una poderosa influencia sobre estas chicas. “No voy a ser la única que no vaya con shorts” o “si a ella le quedan tan bien y tiene tanto éxito entre los chicos, yo también quiero unos” son frases que podrían justificar esta elección.
En algunos casos, si la chica tiene algún complejo con el sobrepeso y con la falta de autoestima, el llevar o no esta prenda puede suponer un auténtico calvario. De hecho, el que se haya puesto de moda una prenda que enseña tanto puede provocar un aumento de los trastornos alimentarios entre las jóvenes, emocionalmente obligadas a seguir peligrosas dietas para poder enfundarse en los dichosos shorts.
Por eso, como psicólogo quiero hacer un llamamiento al sentido común de padres y jóvenes. Hay que educar en valores y restar importancia al cuerpo. En este sentido, me parecen acertadas las medidas que han tomado algunos colegios, prohibiendo el uso de este tipo de prendas, así como camisetas que enseñan el ombligo, camisetas de tirantes, pantalones de tiro caído y demás modas que enseñan demasiado. “¿Quién va a respetarte si no te respetas a ti mismo yendo semi desnudo por la calle?”, alegó una concejal estadounidense del estado de Alabama.
Como sexólogo, quiero alertar sobre el peligro que suponen estas modas, porque no ayudan a dignificar a la mujer, porque pueden provocar problemas de relaciones sociales y agravar casos de falta de autoestima.
Es verano en Barcelona y es normal que por la calle se enseñe más “carne”. Pero no hace falta llegar a estos extremos. Es una cuestión de valores.
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